Notas sociales #93

M. M. J. Miguel
2 min readJun 4, 2024

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A quien corresponda

28/04/2024

Intuitivamente uno ya sabe dónde esforzarse para formar, al menos, una amistad bilateral. Que no me acoja la duda — o la culpa — al no llamar a alguien a mi mesa. ¿Me llamarán a mí? Lo dudo.

Igual es algo ilógico, contradictorio y tonto. Es preguntar, ¿quién disparó primero?

La única terapia que necesito es la música almacenada en los discos duros acumulados a lo largo de los años. No están sujetos al capricho de la ilusión de pertenencia ciberespacial.

Suélteme el brazo, calma. No voy a entregar la salvación de la literatura.

Uno debería escribir sin pretender que nuestro texto cambiará el panorama. Quien lo haga, pues, mejor que ni se acerque.

No puedo conversar con alguien tan fantoche, y me doy cuenta de que escritores de tal calaña sobran.

Confío en la ficción porque la realidad solo vomita absurdos y gente más absurda aún.

El mayor mito contemporáneo es aferrarse a pensar que puede entrenarse el algoritmo de las redes.

Me he sostenido gracias a todas las personas que creía que no estaban cerca de mí. Desde su lejanía me hicieron replantearme muchas cosas. Ha sido su genuino cariño, su genuina preocupación, lo que me ha dado fuerza.

Claro que quiero (D)ejar ir(te).

Me tocó ser jurado de un concurso literario de narrativa. Uno de los ganadores resultó ser un muy buen amigo mío. Lo recalco en la premiación y se despiertan asperezas. Lo típico, y en lo que yo también he caído: decir que hay amiguismo.

Claro que me alegro del triunfo de apreciados que he visto crecer en su oficio. Todos tenemos derecho a ser mejores en lo que hacemos, a llevarnos mérito. No eres tú solo graduándote, no eres tú solo haciendo la tesis, no eres tú solo pasando el desempleo. Lo diré siempre, y no importa la posición en la que esté. Que los demás piensen lo que quieran pensar.

Recomiendo, también, investigar sobre qué es un sistema de plicas antes de hablar pistoladas. Capaz ya lo sepa, pero entiendo que su lengua cuando no es educada escapa de su ano. Suele pasar.

Mis últimos días en la Escuela de Letras solo me ha hecho quererla más; a pesar de mi ánimo y el desamor. Empiezo a extrañar esos primeros semestres, los primeros desvelos, las primeras discusiones sobre qué es y no es literatura. Veo a los recién llegados tan entusiasmados que a veces quisiera acercarme y beber de ellos. Eso sí, puedo irme tranquilo; hay personas que colorean ese espacio mucho mejor de lo que yo pude.

Dicen que uno debería dejar atrás el pasillo.

Yo reniego de esa idea, como reniego de casi todo.

Papá no es el que engendra, tampoco el que cría; sino, el que abandona.

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M. M. J. Miguel

Entusiasta de las artes escritas y sonoras. Recolector nivel experto de rechazos editoriales. Pirata de tierra firme. Letras UCV.