Notas sociales #88

M. M. J. Miguel
3 min readApr 30, 2024

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A quien corresponda

26/03/2024 al 8/04/2023

Sobre Lugares soleados para gente sombría, de Mariana Enríquez.

La Enríquez sabe narrar dentro de sus propias inquietudes; las conoce como nadie, las entiende porque las ha estudiado hasta convertirlas en parte de sus hábitos creativos. Un artista, en dado caso, hace esto continuamente: es mejor perecer enarbolando una bandera estética que andar de cazapalos viendo dónde ahorcarse para el escaparate. En lo genuino de sus tópicos podemos encontrar el respeto hacia lo desconocido, hacia el miedo anciano, la oscuridad y las formas grotescas en que esta puede atacarnos. Quizá sea esa la principal arma que tiene la narrativa de La Enríquez en este nuevo cuentario, y a la vez, también una falencia si juzgamos desde la expectativa.

No hay grandes sorpresas. Esto es un libro de terror; de literatura fantástica que pelea desde lo clásico, con los mecanismos retóricos propios del registro desde hace unos años para acá; quizás algo acelerado en su concepción, y algo repetitivo en las resoluciones — la entrada de la locura, dejarse arropar por el miedo, la intranquila vida después de ver frente a frente al abismo — y aun así el lenguaje con que está escrito sostiene las anécdotas, a sus personajes y a veces hasta lo absurdo de las situaciones — No, no te metas allí, grito fuera del libro — .

Pienso que este cuentario complementa a la obra de La Enríquez. Es un consuelo saber que ella está en buena salud, que escribe, que se atreve a seguir creando historias incluso cuando puede ahogarse en sus temáticas. Los que escribimos nos ahogaremos en las nuestras, pues nunca hay buen puerto para el creativo.

Favoritos: Mis muertos tristes, Jullie y Cementerio de heladeras.

«Tiene una voz como para quedarse a vivir», dice Giorgina.

La literatura pone en orden nuestros odios.

«La literatura tiene que ser infame», dice Vicky.

Yo le creo.

«Creo que le tengo más miedo a lo que Dios pueda hacer(me) aquí en la tierra que después de morir», dice Paola.

Pánico de que haya tanto ruido que ya no se pueda apreciar lo bello.

El mundo atrapado en estática.

«Todo el asunto de los kinks está en el mundo de las ideas platónicas», dice Paola.

Soy muy dado de mí mismo, un complejo de inferioridad disfrazado de amargura y descontento; incomprensible es Whitman y su buen talante. Yo quiero golpear algo, derribar paredes, increpar a un extraño en la calle y ofrecerle una golpiza; o mejor, destinar toda esta energía a un sacamocos en común, a alguien que me dirija una mala mirada, tomar eso de excusa e irnos a los puñetazos. Nada de caballerosidad. Sucio, animal y sin honor.

Estas notas, estos diarios, ya no solo servirán para ordenar el delirio que creerme importante en tanto el mundo se amplía en la red. Quiero también que esto sea una extensión de las personas que me regalen una conversación; no es gratuito que ande recopilando frases sueltas de mis cercanos. Es una forma, en dado caso, de agradecer el acto de no olvidar el lenguaje, la pureza de un encuentro en el que podemos entendernos, a los relámpagos de ingenio o ironía.

Uno es a veces los demás.

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M. M. J. Miguel

Entusiasta de las artes escritas y sonoras. Recolector nivel experto de rechazos editoriales. Pirata de tierra firme. Letras UCV.