Notas sociales #68

21/11/2023
He estado viviendo bajo el delirio de querer paz. Donde voy imagino cómo suspiran las aceras. Cada caminata es un viaje en el tiempo, una lenta añoranza de mi cabeza cansada. No hay ascensión, tampoco descenso; solo una línea recta hacia un punto irreconocible.
No encuentro nada que parezca ser yo. Que necesite ser yo. Siquiera estos ejercicios que ponen en remojo a las tristezas, a las ausencias, a las soledades. Busco tesoros que no fueron hechos para mí.
Días en automático.
—
Al nacer
el Abismo me condenó
a mi nombre.
—
Estoy tan cansado, ¿sabes?
—
Ser lo que se espera en un horario habitual; luego, por las noches, lavar las heridas del día, incinerar las pasiones y tragarse las penas. Por la mañana, otro round.
—
Cuando veo la pared, le afirmo que no he aprendido nada en los últimos cuatro años. Como es de esperarse, no contesta. Mi sombra parece querer tomar la palabra.
Aprenderás, susurra.
—
Hacer relevante a quienes nos olvidan.
—
De hace unos días:
Papá cumpliría 68 hoy.
La cajita de cenizas danza sombras
a la vela del día de su nombre.
—
Nos traspapelamos entre los naufragios de esta ciudad.
—
Quisiera el exilio. La lobotomía.
No deberle nada a esta pantomima.
—
Cuando leo me busco, pues comprendo que fuera de la literatura no soy capaz de existir.