Notas sociales #42
26/06/2023
¿Qué tan roto tiene que estar el mundo para que no nos miremos a los ojos?
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El acercamiento hacia el Abismo es magnético. La única compañía es un siseo, un zumbido de estática que podría confundirse con la policromía gris de un televisor sin señal. Allí vamos, pisando el rayado de una carretera, con la esperanza de que nos lleve a algún lado.
Al Abismo solo le importa expandirse desde una esquina;
no le importa ser porque ya es,
ya somos.
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Vivo a través de una forma particular de ausencia.
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Ahora empiezo cada párrafo con preguntas. Las borro. Las elimino. No quiero explorar la dificultad que tengo para lanzar respuestas. Cada nueva noche brotan, así las haya arrancado de raíz, con estas manos ya magulladas, rotas, desgastadas, de rasguñar tierra.
Y salen los gusanos. Salen a encontrarse con un mundo que no los recibirá. Por eso volverán a la oscuridad. Son fetos que tienen la elección de no pertenecer a este circo.
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Purgarla. La vida, sencillamente, se ha vuelto intransitable.
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Universos alternos. Pienso en ellos porque me da consuelo que alguna versión de mí haya podido lograr realmente sus metas, estar en dónde quería estar. Desde acá, los imagino siendo. Son mis ideales, fantasmas holográficos de alguna otra historia de mi yo. No podré más que recrearla con mis pocos recursos retóricos.
En algún otro universo estaré pagando impuestos y haciendo lavandería.
En algún otro universo los atardeceres no saben a arena.
En algún otro universo el mar solo es una alfombra de bienvenida.
En algún otro universo la música me llevaría comida a la mesa.
En algún otro universo nos habríamos conocido mejor.
En algún otro universo papá seguiría vivo. Intratable en algunos aspectos, sí, pero vivo.
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La gente cambia. Otros solo vemos al otro lado del cristal.
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Existe el arte. Mucho de él, se sabe, al igual que nuestro mundo contemporáneo, construido desde la sangre de gente que ni tenía que ver con él.
El mundo: una constante oposición entre la estupidez del tibio, la indignación colectiva y la flor que brota a pesar de todo.
Y se marchita. Sin más.
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El beisbol es el deporte que más se parece al ajedrez.
