Notas sociales #41
15/06/2023
Defender una idea es un trabajo peligroso. No porque vengan las hordas del autoritarismo a aplacarte; todo lo contrario: vendrán los necios que solo refutan desde un pedestal, acomodaticios de sus creencias, los tibios de corazón y los defensores de la objetividad. En líneas generales, pelmazos.
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Al otro lado del charco alguien clama armar un movimiento punk literario. Yo acá me río. ¿Qué vas a estar hablando de destrozar la hegemonía, de ser punk, si en tu vida te has comido la luz de un semáforo?
Los escritores de realismo y sus delirios.
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¿Cuál es el sentido de vivir justificando lo que uno escribe, lo que uno lee, lo que uno piensa? Lo peor viene cuando, con toda seriedad, uno se explica, confronta, y vienen los indignados a defender a Joyce, a Octavio Paz y al creador del cloroformo: Lezama Lima.
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No me interesa representar.
Imagino.
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Un buen narrador debe ser capaz de contar una historia de principio a fin. Los experimentos formales son agregados, vienen solos como parte del oficio; no creo que el experimento se justifique por encima de una anécdota, del movimiento del cuento.
El movimiento del cuento está, en dado caso, en la propia dinámica del lenguaje, en la profundidad con la que se imagina, inclusive, al referente más apegado a la realidad. Una representación es solo un cuento estático, un dibujo en la pizarra, el contorno de algo que está pero a la vez no.
¿Adónde iremos a parar el día en que un cuento no emocione?
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¿Apreciamos una obra contemporánea por sus referencias o por lo que hagan con esas referencias? Nunca me queda claro en estos difusos juicios de valor del hoy.
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Literaturas de la imaginación.
Literatura imaginativa.
Literatura no mimética.
Literaturas de lo insólito.
Realismo especulativo.
Literatura especulativa.
Realismo mágico.
Fantasía.
Póngale el nombre que quiera. Usted ya sabe a dónde se inclina mi balanza. En esas trincheras me encontrarán.
No insista en sacarme de allí.
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Uno no va olvidando.
Recubre el pasado con la pesadez del presente.
Nuevas caras del mismo Abismo.
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Todavía puede escucharse la siringa del viejo fauno en la piedra solitaria del río.
Nota a nota construye la ribera.
Nota a nota parece que espera.
En otro tiempo fue hijo del fuego y del matorral.
En otro tiempo bailó con la reina de las corolas.
Celebraron la primavera y otras desgracias
en el claro de antaño, profundo.