Notas sociales #40

2/6/2023
Quizá sea algo muy pretencioso aspirar a una poética personal de la imaginación. Fuera de todo ejercicio sofista, particularmente articulado como un discurso místico y terapéutico, una poética personal requiere algún tipo de militancia, una convicción. Se elige transitar por ciertos senderos porque allí se encuentran las imágenes que resuenan con uno, no porque alguien desde algún púlpito ha decidido que así sea.
No hay que dejarse cegar por el brillo de las torres de marfil.
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Leí recientemente unas entrevistas preciosas de Mempo Giardinelli, en las que recoge del oficio de Bioy Casares, Silvina Ocampo, José Donoso, Carlos Fuentes, María Elena Walsh y Andrea Gorodischer. Hay otros que de momento no recuerdo.
Esto es una obviedad, pero luego de ver tantos acercamientos sobre escribir, me resulta gracioso, casi tierno, que abunden en internet tantos gurús que aseguran haber encontrado la fórmula definitiva, que hará que atrapes a tus lectores en pocas líneas. Todo esto con un lenguaje reciclado de los gringos, y vuelto a vomitar desde la soberbia.
No estoy en contra de quienes intenten genuinamente guiar al escritor primerizo. De hecho, soy defensor del taller literario como herramienta, como medio, de encuentro entre el oficio literario y la vida.
También tuve la dicha, y hay que decirlo, de haber tenido unos profesores extraordinarios, que a día de hoy me siguen enseñando a través de sus obras.
Lo que me parece un poco preocupante es el arribismo, y esa falsa equivalencia de seguidores = debe saber de lo que habla.
Desconfíen.
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Que no se te suba a la cabeza, José Miguel.
Escribe.
Sigue imaginando.
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Descubrí los casilleros para traer cosas a Venezuela y se ha abierto un abismo de posibilidades. Tengo muchas cosas acumuladas en el carrito y me da miedo darle clic en comprar.
Por otra parte, me entristece que sea un procedimiento más dentro de todo el nudo burocrático que evita la normalidad prometida por el mundo contemporáneo.
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Vivir al margen,
como un pie de página,
como una acotación propia
a un lado de la hoja.
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El tiempo nos da la oportunidad de ir siendo otros.
El tiempo nos da la oportunidad de ir siendo en otros.
¿Qué permanece?
Las ausencias.