Notas sociales #30

21/10/2022
Habito en la casa de los nubarrones. Soy un huésped
que se disipa entre ellos
como uno más, y a la vez,
materia que rechazan a la víspera
de los ocasos.
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Para un futuro ensayo sobre literatura de fantasía: “Aclarar la terminología no solo es necesario a la hora de estudiar los materiales literarios, sino que es un deber para con la comunidad futura que se dedicará a indagar sobre estos temas. Una genealogía poética. El reto contemporáneo de investigar la literatura de fantasía radica en la unificación de criterios que nos permitan deslastrarla de las aseveraciones anecdóticas y dogmáticas que la arrastran. La fantasía es una poética en sí misma, con unos mecanismos alejados de la tradición de lo fantástico como comúnmente se le entiende. Aquí no se propone vetar a los modos de lectura con las que es asociada, como la alegoría, sino poner sobre la mesa otras variantes de recepción y concepción que van de la mano con la actitud imaginativa que requiere el solo hecho de diluir los referentes inmediatos”.
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Mucho se responsabiliza al lector contemporáneo de la falta de ventas en los libros, del estado de las librerías y del mercado decadente de la literatura venezolana. Yo creo que nadie se detiene en la cuota de culpa que tienen los editores. Son ellos los que deciden a quién publican y qué publican. Bajo la excusa de la falta de dinero, se siguen publicando los mismos nombres y los mismos temas, pensando así que recuperarán la estabilidad que alguna vez — dicen algunos — haber tenido. Quizá no se detienen a pensar que parte de su fracaso es no intentar afilar el olfato en la búsqueda de nuevas temáticas y estéticas; estamos en tiempos donde los autores se alimentan no solo de su entorno más próximo, sino también de aquellos a los que solo podrían acceder a través de la imaginación, de la recreación a partir de un medio audiovisual, pictórico o quizás sonoro.
Al cerrarse a otras estéticas, se cierran, lamentándolo mucho, a otros sectores del mercado que bien podrían hacerles salir a flote. Hay buena literatura fuera de los lindes del realismo. Parece una obviedad, pero sorprende lo mucho que me lo paso repitiéndola.
Ah, y ni hablar de aquellos que le cobran al autor por publicar y se hacen llamar editores. Eso es otro tema.
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En Tales of Phantasia está el germen del viaje épico a razón de la venganza por la muerte del padre, de la destrucción del núcleo familiar. A Cress no lo mueve solo el afán de salvar a su mundo de una fuerza demoniaca, sino salvarse a sí mismo de una deuda que parece permear en los más primigenios deseos; ultrajar la genealogía es también ultrajar el ser, su origen, pues no podría rastrearse hasta su presente por la falta de pasado. Esto nos dice que el personaje es la carga de su herencia, de su familia; sin un ayer, no puede existir en un plano continuo hacia el futuro.