Notas sociales #97

M. M. J. Miguel
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A quien corresponda. En algún momento recordaré.

13/05/2024

Quiero escribir sin que la vida me moleste, sin que el estilo me moleste. A veces es una cuestión de no saberme enfocar, no saber lidiar con lo borroso, con lo que a la distancia parece ser una gran montaña y termina siendo solo un pipote inmenso de basura; búsqueda continua de premisas, argumentos que parecen desintegrarse una vez que no les encuentras final.

¿Será que la narrativa agota? ¿Estamos llegando al fin de los géneros o los géneros me están llevando al fin?

Aquí no existe la sana competencia.

Aquí existe el «fulano me dijo tal cosa de ti».

Vayan a escribir, cuerda de payasos.

Es difícil no ponerse a pensar en el curso del dinero de nuestra industria editorial. ¿Dónde fue? ¿Dónde está ahora?

Panas trabajando en el CENAL por dos lochas porque no hay una oferta de trabajo más allá de trabajarle a la Pan haciendo libros de autoayuda, pasantías malpagadas en una editorial que edita solo libros de Leopoldo, títulos terribles del Perro y la Rana, escritores consolidados todavía casados con la idea de la revolución.

(Anexo del 02/07/2024: Si hay una vaca sagrada que debe ser mandada al matadero es Abediciones y su editor en la actualidad. Si quieren chisme, ya saben las vías de contacto. A mí nadie me la hace y se queda tan tranquilo).

Harto de regalar certezas a cambio de abandonos.

A veces estas intimidades se cruzan. Lo que debería escribir en el diario de papel se cuela para acá. He perdido la frontera entre ambos ánimos.

Soy un solo ánimo, un solo fracaso.

Poca ciudad para tantos animales.

Ser invisible a los ojos del algoritmo.

Sinceramente no me gusta agarrar consejo cuando ya el consejo lo he pensado con anterioridad y lo descarté.

Siento que cuando alguien me da consejo está dudando de mi capacidad para haberlo considerado, y que su no aplicación es falta de lucidez.

Lo contrario; la posibilidad no se ajusta a lo que requiero en el momento.

Registraron mi número telefónico como «José Miguel (D)» para cierto contacto. Es como si no pudiese soltarme, ¿verdad?, por más tristeza que ese nombre siga trayéndome a la memoria.

Es una fuga.

Si la gente es muy poco despierta con su trabajo, imagina cómo será con el de los demás.

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M. M. J. Miguel

Entusiasta de las artes escritas y sonoras. Recolector nivel experto de rechazos editoriales. Pirata de tierra firme. Letras UCV.