Notas sociales #131
31/12/2024 al 03/01/2025
En el cumpleaños de Joe Abercrombie celebran que es «uno de los autores más importantes de la fantasía oscura, realista, sucia y gris, creador de mundos espantosamente realistas».
A pesar de que sea un autor que me agrade, y a raíz de esa percepción, quiero creer que no escribe fantasía, sino que disfraza la aburrida posmodernidad con dragones.
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Fabi: «Me distraigo bebiendo».
Peggy: «¿Quién eres? ¿Baudelaire?».
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Paula: «Los amigos como bálsamo para seguir».
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Yo: «A veces da miedo».
Mayale: «¿El fin del mundo o el amor».
Yo: «Creo que ambas».
Mayale: «Si yo tengo un amor verdadero para el fin del mundo le aseguro que lo sobrevivo».
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Paola y yo hablando sobre papá:
Paola Alzuru/Jude: estaba presente económicamente pero no emocionalmente
Paola Alzuru/Jude: así pasa cuando sucede
M. M. J. Miguel: seh
M. M. J. Miguel: pero weno
M. M. J. Miguel: es escorpio
M. M. J. Miguel: bueno
M. M. J. Miguel: era
M. M. J. Miguel: ahora es ceniza
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Primeros minutos del 2025 y ya toda la pesadumbre heredada del mundo me atosiga, porque descansar es exigir violencia contra mí mismo.
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Una de las vacas sagradas de nuestra literatura anuncia una novela, un libro de cuentos, qué se yo, apelando a nuestra nacionalidad, a esa palabrita despectiva que anda de moda — y que puso de nuevo de moda la otra palabrita: «resignificación» — y yo me pregunto si es que el ingenio a la hora de nombrar tu obra es algo que se vende por separado cuando ya estás «montado en la movida».
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Basta de fingir que nos gusta la narrativa de ciertas vacas sagradas de la literatura contemporánea venezolana. ¿En qué momento nos pusimos todos de acuerdo y nos dejamos arrastrar a ese delirio?
La mejor crítica es el silencio, pero el silencio también es alcahuetería.
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Jessedith: «Es que fue alguien al que le dieron mucho poder. Le dijeron “eres inteligente” y él entendió “debería escribir un libro”».
La ñapa: «No confío en nadie a quien no le guste Spielberg».
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Escribir palabras que ni yo mismo entiendo y dar vueltas exageradas para expresar que un libro me ha gustado, que significa más que su propia anécdota.
Al final, la mejor reseña, el mejor comentario sobre una lectura, debe ser una orden, un mandato; hacer desbordar la necesidad inherente de que se tiene que recurrir a ese libro como si fuese el único receptáculo de oxígeno en el mundo.
Decir: «Léelo, insensato».
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Hay quienes defienden la literatura metiendo la mano en fuego por quienes parecen aborrecerla.
