Notas sociales #112

M. M. J. Miguel
3 min readOct 16, 2024

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A quien corresponda

08/08/2024 al 12/08/2024

Paola: «Hablas con el hastío de la experiencia».

En la experiencia solo puede haber hastío.

Ojalá irme de la escritura. Ojalá no estar acá. Soy muy cobarde para morir. Soy muy cobarde para quedarme. Aislarme en un país sin nombre, habitado por fantasmas, gentes sin rostros, que no conozcan nada de mí, que me den pie a fabular recuerdos, habitar el pasado que me convenga, ser un rastro difuso, un nuevo lunar al que nunca se le prestó atención, que mi nombre no sea conocido, ni mi oficio, ni lo que he amado. Nada, ser solo nada que se desborda en la realidad, que se rehace a sí misma a la semejanza del Abismo.

Ojalá ser olvido, penumbra, mudez, silencio, vacío.

Nunca he sido optimista con la política, y cuando lo he sido he dejado tras de mí el ridículo de la fe.

Navego entre señales confusas, incoherentes. ¿Qué quiere de mí el mundo? Asumiendo que este quiera algo más allá de aplastarme.

Extraño las clases del profesor Sebastiani. Literatura y vida, Tradición y literatura, y Necesidades expresivas. Allí leí los mejores textos de la carrera, siendo yo un tipo que rehúye de la abstracción y del sentimentalismo que a veces embarga al departamento.

Los diarios de Pavese, Pessoa; Homero, Calvino. Todo muy chévere, pero ciertamente extraño la sensibilidad artística, la sensibilidad creadora, la reflexión inmersiva del profesor. Siempre he pensado que ese departamento despierta un impulso tremendo para quien genuinamente busque escribir. No sé si soy mejor escritor por haber cursado el Área 3; sin embargo, me motivó a agarrar el lápiz con un poco más de oído hacia la voz de las hadas.

Ahora, la barbaridad de mi prosa es culpa de mi torpeza para congeniarme con el lenguaje.

Días de sigilo.

Uno puede conocerse, y ser tan soberbio al creer que puede controlarse a sí mismo a la hora de dejarse llevar por un capricho. ¿Cuántas casas rotas no hay en nuestro haber por no dedicarle un conteo de diez al impulso?

El sufrimiento del mundo se ríe del mío.

El estrés me dispara el tinitus. Es un chillido punzante, una agudeza que no articula palabra y que palpita, se infla, a medida de que mi corazón va latiendo — órgano que no ha parado de desbocarse, además de romperse — . No escucho el mundo caminar; escucho el mundo siendo aplastado, con sus súplicas, con una clemencia que siquiera sabe pronunciar.

Es una obviedad declarar que estos cortes de luz son producto de su maldad, no de una falla. En dado caso, la falla es haber permitido que llegaran al poder en el 98’. ¿Qué íbamos a saber? He allí el truco, ¿qué íbamos a saber? Nos la pasamos diciéndole al mundo lo mucho que sabemos y a la hora de la chiquita nos gana la ignorancia al elegir, al ser cívicos, al demostrar la valía de una sangre originaria, de un gentilicio que se cree más pila que el resto de pueblos.

Ni a buen salvaje llegamos. Latinoamérica es el continente de los torpes, de los bocones.

Quisiera tener ese radar que tiene mi mamá para mandarme audios cuando recién me pongo a escuchar música.

¿Avatar, de James Cameron, es una buena saga? Siempre pienso que está en un espacio borroso. No me desagrada verla, e incluso, hasta admiro el aparataje técnico que hay detrás, pero hay algo que todavía me hace ruido, indeterminable.

¿Obra maestra? ¿Gran épica? Y se viene una 3era parte.

La respuesta quizá venga de Lawrence de Arabia, no sé.

Las imágenes generadas por IA están en la duermevela de sus propias limitaciones, un sueño de una persona sin imaginación.

Suzu: «La risa es una impresión de lo inesperado en un buen sentido».

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M. M. J. Miguel
M. M. J. Miguel

Written by M. M. J. Miguel

Entusiasta de las artes escritas y sonoras. Recolector nivel experto de rechazos editoriales. Pirata de tierra firme. Letras UCV.

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