Notas sociales #110
01/08/2024 al 05/08/2024
El tránsito hacia la eternidad es una condena.
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¿Cuáles son los valores democráticos que aparentemente el mundo civilizado defiende pero que a su vez no define, o en el peor de los casos, ignora?
Es para ver si nos ponemos de acuerdo.
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Jessedith matando al autor: «Harry Potter se escribió solo».
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A veces toca declararse un defensor acérrimo de la ternura radical.
Otro tanto, de la amargura extremista.
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Las dictaduras se sostienen gracias a las democracias permisivas.
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Si el mundo se atreve a quitarnos las horas de descanso, mejor que arda y nos dormimos todos.
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Mis preocupaciones son motivo de risa.
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¿Qué podrán haber desarrollado aquellos que nos observan desde las estrellas?
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La posnormalidad — perdón por usar la retórica de la neolengua — avasalla. Todo esto es un laberinto. Otro domingo de ruido. Tengo la casa llena. Mis tíos andan acá. Celulares con el volumen a todo lo que da, replicando y replicando obviedades características de las redes críticas de una cadena de WS. Aún si tuviera silencio, lo que hay en el silencio de las calles es removido por el ruido de mis miedos.
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He visto las mejores dicciones de mi generación perderse por el corrector vocal del Duolingo.
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Sobre mis colegas. Hay miradas poéticas que no comparto, o incluso que no me dicen nada. Sin embargo, es en la conversación donde ocurre el extrañísimo fenómeno de la estima artística. Allí, influido quizá por unos tragos, he de quitarme el sombrero y decir: «Este está en una vaina, este está en su búsqueda. Yo respeto eso; no, yo lo estimo, porque el respeto es algo que se le da a cualquiera por mera convención. Yo me desligo de las convenciones, delirios del control. Usted es un artista y quiero seguir conociendo lo que le dará al mundo. Quiero conocer su lugar en el mundo».
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La democracia no tiene fuerza de choque ni poder de intimidación.
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La diplomacia parece ser una tortuga que no puede ganar la carrera.
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Pido encarecidamente que, de publicar alguna cosa relevante, jamás me hagan un booktrailer. Qué cosa más rancia.
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No me queda duda al afirmar que la teoría literaria es el bastión más efectivo de la filosofía — no el único, no confundan — . Allí, donde literatura y pensamiento congenian, es donde el Todo y la Nada acumula su verdadera valía al convertirse en sujetos primarios de observación; es decir, se convierten en fenómenos estéticos, se «artificializan», y como todo ente artificial, conviene distanciarse para observar su funcionamiento in situ, sin intervención. El camino hacia cualquier razonamiento de la estética es ese, el observar.
Queda el riesgo, me sincero, de también caer en el simplismo de ser permisivos. La pluralidad de espacios para el pensar no justifica que de buenas a primera hay que permitirlo todo. Eso sería caer en la charlatanería.
Creo que, al fin y al cabo, la teoría literaria es la más liberal de las filosofías, y a su vez, la más conservadora.
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¿Dónde están mis amigos que hablaban del punk y la anarquía?