Notas breves #16

#16

Encontré una nueva vocación: cavar en la Luna. Sus cráteres no me parecían tan profundos, por lo que echar pala sobre ellos solventaría un dilema de percepción propia. Ahondar en aquellos agujeros podría ser una pérdida de tiempo; digamos, ya nadie se toca las costras de batallas perdidas, y mucho menos hurga en cuevas penetradas con anterioridad. Se da por sentado que sellada la fosa, los fantasmas se coserán la boca y no volverán a gemir de desagrado o placer, como sombras embotelladas en un tintero.

Llevo conmigo los vicios del discurso. Convoco una bandada de insurrectos parecidos a mí y repito una y otra vez que este camino nos sacará de la inconformidad, que iremos diligentes hacia donde en principio nunca hemos pertenecido. Me creo mis palabras, porque el día en que las cuestione caeré en una laguna de espinas; flotar no es una opción, mas hundirse tampoco. Estaré a medio pliego, varado, de las costas.

Quisiera escribir una épica en la nadie pueda identificarse más que yo. Una épica individual con símbolos creados a partir de mi capacidad de brindar acercamientos entre dos imágenes lejanas: semántica del egoísmo. Para eso tendría que aislarme y leer solo las cosas que he escrito a partir de lo que otros han creado; escribir hasta que el rastro de la herencia se borre, como una genealogía perdida. Solo así podré llamarme autor fundacional.